jueves, 10 de octubre de 2013

THEON

Había vuelto a Invernalia y al día siguiente tenía una cita con la princesa. Todo era perfecto pero debía saber que había pasado con Jon y con Robb. Fue a la habitación, para verlos pero cada uno estaba en su cama tirado sin decir nada

- ¿Qué os sucede? - preguntó
- Pregúntaselo a Jon, le encanta besar a chicas que no le gustan - dijo Robb enfadado
- O a Robb - contestó Jon - que está mal porque si el besa a la princesa los demás también podemos
- ¿La habéis besado? ¿Solo eso?
- No es solo eso - dijo Robb - creo que eran sus primeros besos, tiene 15 años y nosotros 17, apenas ha salido del castillo y somos sus pretendientes, solo uno terminará con ella
- Y los tres queremos eso - dijo Theon - yo tengo una cita con ella mañana, espero que me conceda un beso también
- ¿Te ha concedido una cita? - preguntó Jon con asombro
- Si, una cita, ¿te sorprende?
- Un poco, no te veo su tipo
- Claro, y tu tipo son las chicas de cuadras
- ¿Cómo? - le miró enfurecido
- Toda Invernalia sabe que te gusta mirar a la chica salvaje de las cuadras, la besada por el fuego
- ¡No es cierto que mire a Ygritte!
- ¡Oh Ygritte! Mira Robb, ya sabemos su nombre y todo, que raro que Jon se lo haya preguntado
- Se lo pregunté yo para el - dijo Robb
- Eso si que es una sorpresa, Robb hablando con chicas, se va uno a casa un día y os volvéis unos conquistadores - dijo Theon riendo

Parecía que la conversación suavizaba el ambiente. Era evidente que Jon estaba luchando por la princesa sin ganas porque siempre estaba cerca de las cuadras para poder ver a Ygritte, era como si necesitara que una muchacha harapienta y salvaje estuviera loca por el. Aunque la verdad es que ella no parecía muy interesada o por lo menos no se hacía la interesada.

La noche caía sobre el gran comedor, la princesa había cogido como costumbre estar con la princesita de Invernalia, Sansa, y la pesada de Jeyne Poole. Esa muchacha siempre había pretendido algo con el, estaba seguro de que si le pedía su virtud se la daría pero eso lo dejaría para otro momento. Reían, menudas chiquillas tontas comparadas con su hermana, ninguna de ellas le valían para ser mujer del hierro pero debía seguir las indicaciones de su padre.

Por la mañana tocaba entrenar con el arco como cada mañana mientras Robb y Jon hacían con la espada, no le gustaban nada las espadas pero a veces tenía que usarlas. Solo deseaba que llegase la tarde, la princesa le había prometido pasear con el. ¿Porque los otros se sorprendían por ello? ¿La princesa le habría hablado de el? Había causado un estupor en ella.

Por la tarde fue a buscarla, estaba radiante, vestía ropas en azul con el logo de su casa. En todo llevaba ese logo de los tres dragones, estaba deseando cambiárselo por un kraken en condiciones. Le ofreció su brazo y ella lo cogió con mucho gusto.

- ¿Fue placentero el viaje a las Islas del Hierro? - preguntó ella mientras paseaban por el bosque
- No mucho, son unas islas muy duras y los oleajes están a la orden del día
- ¡Que peligroso!
- Si, los hombres del hierro son los más capacitados para esas aguas, algún día os llevaré
- O sobrevolaré las islas
- No recordaba a vuestros dragones, esas bestias aladas nos llevarían allí en nada de tiempo
- Son dragones, no bestias aladas - dijo ella resoplando - son como el que tiene un caballo pero este vuela
- Entiendo, princesa, ¿me echasteis de menos?
- Esas cosas no las dice una dama - dijo incómoda
- Me lo tomaré como un si - dijo arrinconándola contra un árbol - mi padre me dio la clave para conquistaros a vos y a vuestro trono
- ¿Cual es? - nerviosa, intentado zafarse
- Poner un bastardo en vuestro vientre, vuestro padre no permitirá que tengáis un bastardo y os entregará al hombre que lo puso ahí, si lo consigo os casará conmigo, seréis la señora de las Islas del Hierro y tendréis a mi heredero. Honraré a mi padre y conseguiré el premio Targaryen. -dijo con sorna
- No os permitiré que me toquéis
- Lo estoy haciendo ahora, si os negáis dolerá más, si gritáis nadie os escuchará y si no obedecéis os mataré - dijo enseñándole un puñal - Princesa, sed buena

Se abalanzó sobre sus labios, la cara de ella era de asco y estaba llorando asustada. No importaba debía conseguirlo, debía hacerle un bastardo.
Le rompió el vestido en la zona de sus pechos, era tan perfecta, apetecible y virginal. Su piel parecía brillar, tan blanca. La tocaba con furia y ella gritó. El le pegó fuertemente haciéndola caer al suelo pudiendo así abalanzarse sobre ella.
Al segundo alguien conocido gritó

- ¡Suelta a la princesa!

Sintió una mano fuerte que tiraba de el antes de aparecer el gran dragón de ella, la vio de pie junto a el susurrándole algo para calmarlo antes de sentir un fuerte golpe en su nuca que lo dejó inconsciente.


martes, 1 de octubre de 2013

ROBB

Estaba realmente furioso, no sabía porque Jon había hecho esas cosas, era demasiado. Esa era una gran jugada por su parte, era demasiado atrevido para venir de el, el no era así. Además se notaba que le gustaba una de las chicas de Invernalia.
El sol salió temprano como cada mañana, se despertó y fue a entrenar. No avisó a Jon porque no le apetecía verle, la verdad seguía dañado por lo del día anterior.

- Hoy estás dando con fuerza - dijo el maestro de armas, Rodrik Cassel
- Estoy con ganas
- Debería tratar mejor su espada joven señor
- Lo hago, solo es que necesito desahogar un poco mi furia
- ¿Porque no entrenamos juntos? - dijo Jon que llegaba en ese mismo instante
- No quiero entrenar con gente como tu

Dejó la espada y se encaminó al gran salón. Estaba seguro de que su padre tendría cosas interesantes que hacer por el, después de todo era el heredero de Invernalia y si no se ponía las pilas no lo sería de nada.
Fue a tomar algo al gran salón y allí estaba ella, se miraron por un instante, estaba radiante. Sansa reía con ella, le gustaba ver a su hermana con otra amiga que no fuera Jeyne.
Vestía ropas de norte pero de sus colores: rojo y negro. Personalmente guardaba en su cabeza la imagen de ella con el abrigo blanco, realmente era su color.

Decidió salir pronto de allí, no quería cruzarse con nadie ese día, no estaba realmente de humor porque Jon lo irritaba con ese comportamiento. Si el seguía así el juego tendría que cambiar y tendría que ir a por la chica que a el le gustaba. No era muy agraciada y no llamaba su atención pero si el quería jugar con sus sentimientos el no se quedaría atrás.

Pasó toda la mañana en la biblioteca del castillo, hasta que algo lo sacó de sus libros

- ¿Sucede algo?
- Nada -dijo mirándola - princesa
- Daenerys o Dany - dijo sentándose a su lado
- Jon me saca de mis casillas
- Jon solo intenta competir como tu, no es una buena competición pero es lo que ordena el Rey, mi padre, el os hizo competir, yo decidiré y luego el decidirá por mi, sé que el seguro que tiene alguien en mente y no me dejará elegir a quien yo quiera, el es así.
- Entonces, ¿porqué te dice de convivir con nosotros tres?
- Por no dejarme sola, además el quería cumplir mi deseo de cumpleaños: ver el Norte - dijo con una sonrisa
- No te perdías nada
- Tu llevas viviendo toda tu vida aquí, yo llevo toda mi vida entre Desembarco y Rocadragón, tenía ganas de salir de allí y respirar aire nuevo
- Creo que una princesa habrá viajado más que yo - dijo el riendo
- Si - con una sonrisa - pero sobre todo cuando cuando era una niña pequeña, desde que me convertí en mujer no he salido mucho, creo que mi padre no quiere enseñarme al mundo
- Lo que se perdería el mundo sin vos

Ella estaba ruborizada, no podía dejar de mirarla. Sonaron las trompetas. ¿Quien sería ahora?
Salieron al patio y allí estaba Theon, había vuelto de las Islas del Hierro, parecía algo cambiado. Le dio la mano y susurró en su oído.

- Vengo a por ella, te he dado ventaja
- No creo que quiera nada contigo

Se acercó a la  princesa y besó su mano susurrándole algo, debía vigilarle, seguro que no planeaba nada bueno.